Presentación

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       La enfermedad arterial periférica (EAP) es la tercera localización más importante de la enfermedad aterosclerótica después de la enfermedad coronaria y la enfermedad cerebrovascular. Posiblemente, y por esa razón, la EAP es una condición clínica que a menudo se ha descuidado; de hecho, hasta años recientes, la EAP se consideraba relativamente poco importante en comparación con el resto de enfermedades cardiovasculares a pesar de compartir el mismo pronóstico y revestir la misma gravedad (Huang et al, 2022; Conte et al., 2017). La realidad es que por cada 100 personas con claudicación intermitente hay al menos 200 con EAP asintomática, muchos de ellas sin haber sido ni siquiera diagnosticada. Y según apunta la bibliografía, los grupos vulnerables y las minorías sociales son quienes más y peor lo padecen (Powell, 2002; Lozano‐Sanchez, 2017). En ese sentido, los fisioterapeutas gozan de una posición privilegiada dentro del sector salud para poder identificar a estos perfiles subclínicos e infradiagnosticados y ejercer un tratamiento temprano o preventivo, y a su vez, según sea el caso, una derivación oportuna.

Debido a que la EAP a menudo se observa con condiciones comórbidas y factores de riesgo estrechamente relacionados (tanto biológicos como psicosociales), su fisiopatología se acepta como compleja. Además son pocos los estudios que aíslan los mecanismos causales de la disfunción metabólica del músculo esquelético, la función endotelial o el control circulatorio autónomo a medida que avanza la enfermedad y a la par en la que se integra en un tratamiento médico o fisioterapéutico. Esto implica que entender el cómo se alteran los vasos sanguíneos y el miocardio en respuesta a la isquemia crónica de las extremidades así como los mecanismos por los que nuestros tratamientos son efectivos, son ‐y serán‐ un área necesaria a considerar como profesionales de la salud en general y como Fisioterapeutas en particular (Muller et al., 2013)

Finalmente, en el contexto actual, la fisioterapia ofrece un abanico de intervenciones dirigidas a la identificación y al tratamiento de la EAP con un alto nivel de evidencia y de recomendación, las cuales, nutridas por el conocimiento en ciencias sociales y biológicas, permiten reforzar el alcance de la atención primaria, disminuir la sobrecarga del sistema sanitario, así como los costes de atención, pero por encima de todo, la fisioterapia especializada en el tratamiento del dolor vascular, ha demostrado ser capaz de devolver la calidad y aumentar la esperanza de vida a ese sector tan abundante y vulnerable de la población (Peñin‐Grandes et al., 2022; Pymer et al., 2019)